sábado, 9 de junio de 2018

GR3 Etapa 10 - Manresa - Navarcles 09/06/2018 - Cloenda de temporada

Fotos Antonio
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Fotos Rafael

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Crònica de Moisés : Etapa 10 - Manresa - Navarcles

Final de Temporada 2017-18


Buenas tarde queridos compañeros/as de GRManía. 

Aquí estoy de nuevo, tras un corto periodo de clemencia, con mis disertaciones.
Y no será porque no intento escaquearme y que sea otro/a el que os martirice con sus proclamas. Más el sino me persigue (bueno el sino y alguna sina que me embauca) y al final siempre acabo cediendo a sus súplicas. ¡En el fondo, el ego me puede! 

Esto me sucede por listillo, pues como decía Fiódor Dostoyevski: “Es muy fácil vivir aparentando ser tonto. De haberlo sabido antes me habría declarado idiota desde mi juventud, y puede que a estas fechas hasta fuera más inteligente. Pero quise tener ingenio demasiado pronto, y heme aquí ahora hecho un imbécil.” Espero que sepáis perdonármelo. Total, solo son minutos los que vais a tener que aguantar mis desvaríos.

Vayamos al grano. Otra temporada más que dejamos atrás y ya hemos pasado con creces la veintena. Pronto estaremos celebrando las bodas de plata ―si es que aún hay GRManos/as que se apunten a caminar porque, al paso que vamos, uno alberga serias dudas de que consigamos llenar un minibús― Aunque lo de menos es el qué y el cómo, lo importante es poder celebrar algo ahora. Sean o no bodas, dado que por suerte hoy tenemos celebración, vayamos con ella ahora que todavía tenemos dientes de plata, monturas de plata, audífonos de plata, el pelo color plata (el que aún lo conserve), alguna prótesis de plata, la cartera sin plata y la memoria hecha una patata.

Más de una década ha transcurrido desde que hiciéramos el mismo recorrido pero a la inversa, entonces. Trece temporadas cargadas de aventuras (incontables), kilómetros (muchos) y comilonas (opíparas). Hoy, tras un curso prolífico en ausencias (entre ellas me incluyo) damos por finalizada una nueva temporada. ¡Cómo hemos cambiado en esos 13 años! En aquella época todos procurábamos estirar al máximo las pocas horas de asueto que teníamos, para no faltar a la mensual caminata sabatina. Mientras ahora, que tenemos el tiempo libre por montera, no damos abasto para participar en todas las “obligaciones” que se nos presentan o interesan. Corre el reloj descontrolado y todos sabemos que el mañana no existe. ¡Hoy o nunca!

He aquí uno de los motivos que tal vez justifique el escaso quórum de esta temporada. Algunas de las ausencias se han debido a las enfermedades o contratiempos padecidos por nosotros o nuestros allegados (permitidme hacer de improvisado portavoz de GRManía y transmitir todo nuestro apoyo, cariño y deseos de una pronta recuperación para aquellos que están pasando por esos duros momentos: Ángels, Josep, Angelines (en boca de Aitor)…; otras, irreparables, han sido  consecuencia de la pérdida de algún ser querido; viarias por descuidos banales; ciertas por la vagancia y las más porque el disponer de “tanto” tiempo libre invita a los “aristócratas de la vejez” (como dijera el ingenioso y desaparecedlo José Luis Coll) a realizar otras actividades y, a consecuencia de ello, no les queda tiempo para caminar. Nada que objetar, pues en el fondo, a nadie hay que dar cuentas de lo nuestros actos personales y todas las ausencias están justificadas. 

Aclarada la banal cuestión, y como no quiero extenderme demasiado, voy a permitirme el lujo, una vez más, de poner voz a algunas de las múltiples escusas que asaltan nuestra mente cuando recibimos las convocatorias de Ginés:

―¡Uuuuf como pasa el tiempo! ¿Ya tenemos aquí la siguiente salida? ¡No puede ser!

―Que mala suerte. Tenemos una comida familiar ese día. Otra vez será.

―No creo que pueda asistir. La noche anterior voy de cena con los compañeros y sabe Dios a qué hora llegaremos a casa ― dice Él.
―Este con tal de no madrugar se busca cualquier pretexto. A las once, como mucho, estará en casa. ―piensa ella.


―Con la semanita que llevo. Me quedaré en la cama a ver si se me pasa el resfriado y recupero el sueño perdido.

 ―¡Vaya! Tampoco podremos ir, creo que ese día los chicos van de cena y nos tenemos que quedar con los nietos. ―dice él
―¡Qué cena, ni cena! Van de boda. ¡No te enteras! ―dice ella.

―Voy a contestar a Ginés para apuntarnos a la etapa. ―dice uno.
―¿Qué día es? ―pregunta el otro/a.
―El sábado que viene, creo ―contesta aquel.
―Pero si quedamos con la familia para celebrar mi cumpleaños ―responde esta.
―Ui, sí. Pensaba que era el domingo lo del cumpleaños ―se excusa él.
―No sé para qué te lo apuntas si después no lo miras. Menudo regalo me espera ―madre mía como está el pobre. ―piensa para sí la otra.

―¡Malditos huesos! Otra semana que no podrá ir a caminar.

―¡Qué casualidad! Los últimos viajes del inmerso coinciden con la etapa de GRManía. ―dice uno.
―¡Pues qué le vamos a hacer! Iremos al viaje. Allí también se come mucho y además se anda poco. ¡No hay color! ―dice el otro.

Sirva toda esta perorata, no para criticar las deserciones, si no para valorar en su justa medida las ocupaciones alternativas que nos entretienen y nos permiten establecer prioridades en nuestro día a día. Conviene saber que la vejez tiene sus placeres, que, aunque diferentes, no son menos que los de la juventud si sabemos aprovecharlos. Vivamos el presente y huyamos de aquellas personas que no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse ancladas en los cuarenta. 

Cercano a cumplir los sesenta años me he impuesto la siguiente regla: soñar mientras duermo, no dejar de soñar si estoy despierto y no soñar más de un sueño  a la vez. 

Amigas y amigos GRmanos. Que nuestra sabiduría sea la sabiduría de las canas, pero que nuestro corazón sea el corazón de la infancia candorosa.

¡Feliz verano para todos y hasta el próximo septiembre!!

Moisés González Muñoz


Activismo pensando en los demás


Hay personas que, cuando comienzan a disfrutar de los placeres de  la penúltima etapa de su vida, se marcan objetivos de ayuda hacia los demás o bien incrementan el tiempo que ya les dedicaban antes. Son gentes que se comprometen a invertir una parte de sus horas a mejorar situaciones y a conseguir que la justicia social se extienda a todos. Estas personas se pueden sentir tan realizadas durante el recorrido de una manifestación reivindicativa como en el descubrimiento de un remoto país. La intensidad del grito de denuncia y  la consigna contra una injusticia  les produce tanto o más placer que ver postales repetidas en viajes, donde los operadores turísticos solo te enseñan su cara más amable, que suele ocultar cómo es la realidad vital de la mayoría de sus habitantes. Aun en estos momentos de disfrute, estas gentes también se preguntarán por esas otras vidas de esos países que no se ven a simple vista.

A estas especies humanas, cuando le rastreas sus huellas en las redes sociales, apenas les verás fotos de postureos y sí hallarás imágenes de convocatorias de manifestaciones, réplicas de mensajes que denuncian la opresión de los más débiles, ahora con especial incidencia en la dignidad de las pensiones públicas, en la importancia de la atención a los refugiados, en el valor de la educación y de la sanidad  públicas y en cualquier otro motivo cuyos máximos beneficiarios sean los que lo pasan peor.

Afortunadamente, en GRMANIA contamos con muchas personas que predican con el ejemplo en campos diversos. No obstante, destaca una con voz recia, su ¿queréis callar? de la época docente hoy aquí es una amable demanda que hace para respetar el derecho de los demás a hablar. Predicador del activismo social, impulsor y emprendedor antes y ahora, orgulloso de que aquellas semillas tecnológicas hoy fructifiquen en su hijo instalado en Moddle, informante de actos a los que invita a ir pero él va el primero, impulsor de las viviendas comunitarias, iaioflauta de los de primera línea, amante de los caminos -se recorran en bicicleta o a pie-, viajero a lejanos destinos, a  él estar jubilado en los tiempos actuales le ha aportado tanta o más vitalidad que la de aquellos tiempos franquistas no tan lejanos porque hoy, desgraciadamente, aquellos personajes y otros imitadores siguen muy presentes, reviven en mentes cercanas y lejanas, hablan lenguas diversas, ondean banderas de muchos tipos y colores, aquí y allá, muchas veces olvidándose de los derechos sociales que nos afectan a todos.

GRMANO Josep Ferrer, hoy más que nunca  aplicas la fuerza de  tu activismo a la superación de un pequeño bache personal. Seguro que al final saldrás fortalecido y nos ayudarás si lo necesitamos. No hará falta ni  pedírtelo. Como en todo lo demás, vas por buen camino. Y nosotros también, gracias a tu clarividencia en la definición  de las etapas y en coordinar la información de la web de GRMANIA.  Ya sabes que tus esfuerzos  a menudo no los tenemos muy en cuenta y los traks a veces  son ilusiones ópticas que  transformamos en desorientaciones repetidas, porque para eso somos muy adultos y esto es GRMANIA.

Ya sé que estás en contra de las insistentes y pesadas matracas actuales. Discúlpame pero todo lo dicho no es una matraca. Sinceramente,  alguien te lo tenía que decir en público porque es verdad. Tu activismo nos honra.


¡Salud, Josep!

Evaristo                                         Manresa, 9 de junio de 2018

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